Hoy, en el Palacio Miramar de Donostia, el Foro Social Permanente ha presentado un estudio comparativo sobre los posicionamientos y propuestas de los grupos políticos en torno a las grandes cuestiones aún pendientes por resolver (víctimas, personas presas y memoria).
Intervención de Agus Hernan y Teresa Toda
La primera conclusión del análisis comparativo es que las condiciones están consolidadas para que la XII legislatura del Parlamento Vasco sea la que permita sentar las bases de construcción de una convivencia democrática. Afirmamos esto porque, sobre la base de este análisis, podemos cifrar en un 75% el nivel de acuerdo entre los grupos parlamentarios EAJ-PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU. Todos juntos representan el 90,6% de la cámara. Los desacuerdos, supondrían un 25%.
Veamos ahora los que, desde nuestra opinión, deberían ser los retos de esta legislatura:
El primero, la cuestión de las víctimas. En esta legislatura, es importante superar definitivamente la discriminación existente entre las diferentes tipologías de víctimas. Con este objetivo, se deberían asegurar mecanismos para superar esas discriminaciones y garantizar la verdad, la justica y la reparación para todas ellas. En este sentido, la sentencia del Tribunal Constitucional de julio al recurso a la Ley 12/2016 cierra un espacio de inseguridad para esta tipología de víctimas, que siguen considerándose víctimas de segunda categoría.
El segundo, la cuestión de las personas presas. Nos congratulamos de que el debate político de este comienzo de curso haya integrado, de manera casi unánime, conceptos que el Foro Social ha venido impulsando desde hace ya tiempo.
El primer concepto, el de la necesaria aplicación normalizada de la política penitenciaria y la superación de una política pensada en su día en clave exclusivamente de lucha antiterrorista.
El segundo, la importancia del arraigo social de las personas presas en la aplicación del cumplimiento de las penas, lo que supone hacerlo en las cárceles de Zaballa, Basauri, Martutene y Pamplona.
El tercer concepto, la necesidad de que, una vez tomadas las decisiones políticas, su aplicación salga del debate político interpartidario y se situe en una espacio únicamente humanitario. Porque estamos hablando de derechos humanos para todas las personas, incluidas las personas presas.
Mención propia merece la demanda de transferir la competencia en esta materia y la importancia de que esta transferencia se concrete lo mas rápidamente posible.
En estas cuestiones, todos los consensos posibles están ya construidos. Toca ahora poner en marcha, de manera urgente, un plan de ejecución para dar solución integral a esta cuestión, y más en momentos en que el Covid 19 puede traer nuevas restricciones en las visitas en las cárceles.
La tercera, la memoria crítica inclusiva. Es obvio decir que se trata del aspecto que mas dificultades tiene por, entre otras razones, estar condicionada por la batalla del relato inter-partidaria.
En nuestra opinión, esta cuestión incluye dos vertientes: la del legítimo debate partidario y su batalla por el relato y la vertiente del debate social.
La sociedad vasca va por delante de los políticos en esta cuestión. Existen ya un importante número de experiencias, de encuentros entre personas con recorridos diferentes.
Por contra, constatamos que, en la cuestión de la denominada batalla del relato, el legítimo debate entre los partidos es como una noria que, desde hace ya unos años, viene repitiendo los mismos argumentos. Incapaz de avanzar.
Este bloqueo está conllevando el desapego o hartazgo de la sociedad y tiene un enorme riesgo: que se busque el atajo de pasar la página de manera rápida y no se extraigan las conclusiones críticas tan necesarias para sentar las bases sólidas de no repetición, basadas exclusivamente en una cultura de paz y de derechos humanos. No nos podemos permitir este riesgo.
Ponencia de Memoria y Convivencia
Mención aparte merece la decisión anunciada de que esta legislatura no se pondrá en marcha una Ponencia sobre memoria y convivencia. Una decisión de este tipo también denota un cierto fracaso.
En la X legislatura, la ponencia de Paz y Convivencia ni arrancó, por el debate del «suelo ético».
En la XI Legislatura, queremos destacar el enorme trabajo de escucha realizado por los parlamentarios en la ponencia Memoria y Convivencia. Decenas de comparecencias en la ponencia les permitieron recoger numerosas aportaciones. Las actas son testigo y, de verdad, merece dedicar un tiempo a su lectura. Dichas actas también demuestran los enormes consensos logrados en numerosos temas.
Sin embargo, podemos afirmar que la ponencia fracasó en los últimos 100 metros. Y fue así porque la batalla del relato sigue pendiente.
Es cierto que la metodología de la ponencia también condicionaba. Esta se basó en el principio de «no acordar nada hasta acordar todo» y, precisamente, ha sido la cuestión de la batalla del relato lo que ha condicionado la posibilidad de llegar a un dictamen final.
Pero, además, estos últimos 100 metros se dieron en el marco de un largo bucle de ciclos electorales. Y la historia ha demostrado que los ciclos electorales son el peor momento para los acuerdos.
Nos apena, nos apena mucho, que, por razones electorales, no se hayan priorizado los acuerdos a los desacuerdos. La sociedad vasca demanda que todos seamos capaces de primar los acuerdos sobre los desacuerdos.
En este sentido, no corresponde al Foro opinar sobre si una ponencia es de nuevo necesaria, o si el debate debe darse en el marco del Instituto Gogora, pero sí entendemos necesarios nuevos consensos políticos en esta legislatura.
Foro Social
Se trata de un aspecto en el que el Foro va a invertir muchas energías. Queremos que la sociedad civil sea motor también en esta cuestión. No podemos ni debemos dejar en manos exclusivamente de la política esta exigencia de convivencia en paz. Con este fin, vamos a impulsar espacios públicos y discretos de encuentro y debate entre personas que tienen visiones muy diferentes en esta cuestión y que durante años vivieron de espaldas entre ellas. Espacios sociales que vayan desbrozando una cuestión que tantas dificultades está generando, para poder avanzar en las bases de la construcción de una convivencia democrática.
Para finalizar, queremos instar a los partidos a aprovechar que hay por delante tres años sin elecciones. Es obvio que se trata de una legislatura donde las prioridades van a ser otras, pero, para poder dar pasos decididos, es importante que las cuestiones relativas a la agenda de resolución sigan teniendo el espacio que necesitan en la agenda pública.
Han sido muchos años de sufrimientos pero, si queremos construir una sociedad cohesionada, tenemos que ser capaces de cerrar bien las heridas y no dejar flecos sin resolver.