Una delegación del Foro Social Permanente en Navarra ha participado hoy en la Comisión de Relaciones Ciudadanas del Parlamento de Navarra. La delegación ha estado formada por Expe Iriarte, José Luis Uriz y Fernando Armendariz, que
han compartido las reflexiones del Foro Social en Navarra sobre la resolución de las consecuencias relativas al ciclo de violencias y la
construcción de una convivencia democrática: víctimas, personas presas, memoria inclusiva. Entre otras cuestiones, el Foro Social ha pedido al Gobierno de Navarra que elabore un plan para acercar a todas las personas presas navarras a la cárcel de Pamplona.
Comparecencia en el Parlamento de Navarra
Intervención de Expe Iriarte
Señores y Señoras parlamentarias buenos días. Egunon,
Previamente agradecerles la oportunidad de comparecer hoy frente a esta comisión para compartir con ustedes nuestras reflexiones sobre el momento en que estamos en nuestra comunidad en relación a las cuestiones que nos ocupan : la resolución de las consecuencias relativas al ciclo de violencias y la construcción de una convivencia democrática.
Hemos estructurado nuestra comparecencia en dos partes. Una presentación general y, después, José Luis Uriz, ex-parlamentario de esta cámara, les transmitirá su propia experiencia personal.
Esta comparecencia estaba prevista para el pasado 24 de marzo pero la pandemia y el confinamiento impidieron realizarla entonces.
En aquel momento, el objetivo principal era presentarles las conclusiones de las jornadas que organizamos en noviembre pasado en el Palacio Condestable y en el hemiciclo de este mismo Parlamento y que recogimos en un documento que les entregamos en Enero.
Aunque las aportaciones de Camino Oslé, Guillermo Múgica, Vicente Madoz y los testimonios de Roberto Manrique e Idoia Zabaltza siguen siendo de actualidad, estaremos de acuerdo en que, desde entonces, han pasado muchas cosas. De hecho, en pocas semanas organizaremos unas nuevas jornadas a las que, por supuesto, les invitaremos.
Es por ello que nuestra comparecencia de hoy supera aquel primer objetivo y lo actualiza.
El Gobierno de Navarra se ha marcado un objetivo importante para esta legislatura. Acordar de manera participativa el I. Plan Estratégico de Convivencia de Navarra .
Desde el Foro Social Permanente en Navarra saludamos la puesta en marcha de este Plan Estratégico y hacemos nuestro su objetivo: “Convivir en igualdad y libertad en una Navarra democrática, plural y diversa”.
Nos congratulamos de que esta iniciativa y su voluntad de implementarla coincida con el diagnóstico que hacíamos en noviembre pasado: “Una vez valoradas las voluntades, deseos y disposiciones de distintos agentes institucionales, académicos, políticos, sindicales y sociales, nuestra conclusión es clara: la presente legislatura reúne las condiciones necesarias para construir la convivencia democrática en Navarra”.
En consecuencia con esta posición, desde el Foro Social hemos realizado nuestras aportaciones en la fase preliminar al llamado “Libro Abierto de Convivencia”. Que aparecen recogidas en el documento síntesis hecho público recientemente por la Dirección General de paz, convivencia y derechos humanos.
En esta aportación incidimos en que, para avanzar hacía una convivencia -que nosotras definimos como “democrática”-, es preciso soltar los nudos que aún quedan pendientes de la fase anterior del ciclo de violencias.
Hablamos de convivencia democrática porque entendemos que para sentar las bases con garantías de no repetición, es fundamental que todos los ciudadanos tengan garantizados todos sus derechos. Si hay un sentido prioritario legitimante y asumible en toda sociedad y sus leyes, ese es el acuerdo por la evitación del sufrimiento causado por la conculcación de derechos humanos, civiles y sociales. Siendo esto así, la convivencia es la prioridad política que toda sociedad debería perseguir, entendida como respeto a todos los derechos de todas las personas y como uso del diálogo para la superación del desacuerdo.
En esta aportación hacemos una evaluación de los avances y atascos desde la creación del Foro Social Permanente en Navarra en junio 2016.
Desde entonces, se han dado avances decididos.
Se ha producido el desarme civil y la disolución de ETA; se han realizado encuentros en el Hemiciclo de este Parlamento entre víctimas de ETA y víctimas del Estado que, haciendo un enorme ejercicio de generosidad, nos vienen marcando un camino de reconocimiento mutuo entre ellas; se ha logrado un amplio consenso en torno al derecho de todas las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la necesidad de superar la discriminación aún existente hacía las llamadas “víctimas del Estado”; se ha producido un consenso inimaginable en torno a la cuestión de las personas navarras presas y la necesidad de superar la todavía existente política de excepcionalidad y la aplicación de una política penitenciaria normalizada; se ha dado el primer paso hacia el reconocimiento de las víctimas de la tortura con el primer informe sobre personas torturadas en Navarra, correspondiente al período de 1960 a 1978 y, finalmente, el más relevante, la sociedad navarra en su conjunto ha dado pasos decididos en la construcción de una convivencia.
Es cierto que existen bloqueos importantes.
El primero, en torno a las víctimas. La Ley Foral 16/2019, de 26 de marzo, de reconocimiento y reparación de las víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos está recurrida.
Por lo tanto, su no implementación genera una importante inseguridad en las víctimas e impide dar pasos decididos en el reconocimiento institucional.
La reparación institucional es la única esperanza que les queda a este tipo de víctimas porque, en la justicia ordinaria, tienen nula confianza. Afirmamos esto pese a la satisfacción que produce en estos sectores que mañana el Señor Martin Villa comparezca como imputado en relación, entre otros, con los sucesos de San Fermín 78, en una querella, la Argentina, que este mismo Parlamento apoyó.
Si bien es cierto que la sentencia del Tribunal Constitucional de julio pasado en relación a una ley similar en la Comunidad Autónoma Vasca abre una ventana a la esperanza, esta tipología de víctimas se siguen considerando víctimas de segunda categoría, como así nos transmitió Idoia Zabaltza en este mismo Parlamento el 26 de Noviembre pasado.
Entendiendo la inseguridad jurídica que genera el recurso presentado, entendemos necesario dar pasos en la reparación hacía este tipo de víctimas.
El segundo. La cuestión de la memoria crítica inclusiva condicionada por la batalla del relato inter-partidaria. Constatamos que, en la cuestión del relato, el legítimo debate, es como una noria que desde hace ya unos años viene repitiendo los mismos argumentos, incapaz de avanzar, mientras condiciona pasos decididos en el resto de cuestiones.
Además en los últimos meses se ha producido un endurecimiento del debate político en esta cuestión que, en el contexto abierto con la desaparición de ETA, parecía inimaginable que se pudiera dar. Nuestra experiencia nos dice que el endurecimiento del siempre legítimo debate inter-partidario tiene consecuencias directas en las iniciativas relativas a la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias y, especialmente, en un enquistamiento aún mayor de la denominada “batalla del relato”.
Entendemos necesarios nuevos consensos políticos en esta legislatura. Conocemos las dificultades que existen en la cuestión del relato pero no lograrlo esta suponiendo ya un desapego de la sociedad hacía esta cuestión. Y esta consecuencia, el desapego o hartazgo, tiene un enorme riesgo: que se pase la página de manera rápida y no se extraigan las conclusiones críticas tan necesarias para sentar las bases sólidas de no repetición, basadas exclusivamente sobre una cultura de paz y de derechos humanos. Este riesgo no nos lo podemos permitir.
Y en nuestra opinión, el primero de estos consensos debería ser que cuestiones como los derechos de todas las víctimas o la aplicación de una política normalizada a las personas presas salgan del conflicto inter-partidario situándolas en un plano pre-político para poder ser abordadas con efectividad.
El tercero. La persistencia de sectores en Navarra que pretenden condicionar lo ya andado. Algunos desde lobbies de presión muy importantes anclados en lógicas del pasado, de vencedores y vencidos, y que pretenden condicionar los pasos a dar en estas cuestiones, especialmente las políticas institucionales.
En este aspecto queremos hacerles un llamamiento a no perder el norte y no dejarse arrastrar por aquellos sectores que, desde posiciones ancladas en el pasado, quieren desandar el camino andado.
Existe un cuarto bloqueo que no se ha abordado en la fase preliminar del Plan Estratégico y que, desde el Foro Social Permanente, entendemos necesario hacerlo. La necesidad de que se den pasos urgentes y decididos en la aplicación de una política penitenciaria normalizada a las 34 personas navarras presas y a las huidas y deportadas.
Como afirmamos en nuestra aportación, entendemos que solucionar esta consecuencia del ciclo de violencias “desde una exclusiva aplicación de la legalidad penitenciaria adecuada a la realidad actual, con un itinerario de las personas presas que incluya un reconocimiento del daño causado, sería una importante aportación a la convivencia democrática”.
En este aspecto, la pandemia y el confinamiento han generado dinámicas muy interesantes en Navarra de ampliación de los consensos. La dinámica “SOS Presoak Covid19” ha obtenido importantes apoyos políticos, sociales y de la totalidad de los sindicatos en nuestro territorio.
En relación al Covid 19 se están produciendo ya las primeras alertas sobre restricciones en las cárceles a las comunicaciones. En este sentido, entendemos necesario, urgente y de sentido común dar un paso adelante en este momento. Sería conveniente que desde el Gobierno de Navarra y de acuerdo con el artículo 12.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, en el contexto de las consecuencias de la pandemia del Covid 19 y con el objetivo de la prevención y protección de la salud pública, articular con carácter general para toda la población reclusa y en colaboración con Instituciones Penitenciarias, un plan de acercamiento a la cárcel de Pamplona de cada persona presa.
Y ello en el caso de Navarra es perfectamente posible. Según datos oficiales de finales de febrero, la cárcel de Pamplona acogía 286 personas.
Esta cárcel tiene un total de 504 celdas con capacidad para acoger cerca de 1.000 personas reclusas. Por lo tanto, hay sitio mas que suficiente para afrontar este plan y reubicar en el centro penitenciario de Pamplona a las 184 personas cuyo origen, residencia habitual o entorno familiar se encuentra en Navarra.
Para terminar este apartado queremos valorar positivamente el acuerdo para la transferencia a la Comunidad Foral de la competencia en sanidad penitenciaria que, esperemos, sea el primer paso, hacía la transferencia de las competencias en todo lo relacionado con esta cuestión.
Las dificultades son importantes en Navarra pero debemos tener claro que la mayoría de la sociedad navarra está en lógicas de resolución y de convivencia.
Cuando nacimos en 2016 nadie nos dijo que el camino sería fácil. Las preocupaciones expresadas anteriormente, nos alejan de la convivencia democrática que toda sociedad se merece. El Foro Social Permanente sigue decidido a trabajar en la consolidación de esa convivencia, desde la llamada “agenda de resolución”; pero somos conscientes de que esa convivencia debe ser alimentada desde la diversidad de agendas de la sociedad civil para transitar a nuevos modelos de convivencia pacífica desde el respeto de todos los derechos humanos, políticos y civiles. En ese contexto tiene toda su virtualidad la iniciativa del I. Plan Estratégico de Convivencia.
El Foro Social siempre ha subrayado el papel activo de la sociedad civil. En numerosas ocasiones, la sociedad civil ha demostrado su capacidad para buscar soluciones innovadoras. Sirva el ejemplo de los pasos dados en los últimos años en la agenda de resolución.
Para finalizar, nuestro compromiso de seguir aportando diagnósticos, compartiendo experiencias y proponiendo recomendaciones que, en un contexto difícil, nos permitan encontrar soluciones innovadoras a estas cuestiones.
Estamos plenamente convencidos y convencidas de que, precisamente por lo que hemos sufrido –por lo que estamos sufriendo- estamos generando un acumulado que nos permitirá construir una sociedad mejor.