El día 03 de mayo de 2018 en Ginebra la organización ETA anunció su disolución y al día siguiente en Arnaga (Kanbo) la comunidad internacional certificó su decisión. Ante el primer aniversario de la disolución de ETA, el Foro Social Permanente quiere hacer públicas las siguientes consideraciones:
La decisión de ETA fue saludada como una gran paso en la construcción de la paz por los diferentes gobiernos, la totalidad de los partidos políticos, los sindicatos y la sociedad civil.
Cuando nació el Foro Social Permanente en junio 2016 nos encontrábamos en un contexto de bloqueo total del proceso de resolución. Hoy, solo tres años después, debemos constatar que si alguien nos hubiera dicho que hoy estaríamos en la situación actual, simplemente no lo hubiéramos creído.
Hoy las condiciones para la construcción de una convivencia democrática están creadas. Para avanzar hacía ella debemos resolver las tres cuestiones pendientes:
el derecho de todas las victimas de todas las expresiones de violencia a la verdad , la justicia y la reparación;
la necesidad de profundizar en la búsqueda de una solución definitiva a la cuestión de las personas presas, huidas y deportadas que pasa por la superación definitiva de la situación de excepcionalidad penitenciaria;
generar los consensos básicos necesarios para avanzar hacia una memoria inclusiva que, sin olvidar nada de lo que hemos vivido, nos permita construir un futuro basado en una cultura de derechos humanos y paz.
La ventana de oportunidad abierta en junio 2018 con el cambio del presidente del Gobierno – y a la espera de lo que ocurra en las próximas semanas- consolida las condiciones en este sentido y abre la oportunidad para avanzar en estas cuestiones.
Esta campaña electoral ha sido un ejemplo claro de lo que no queremos ser. Nos referimos a los inaceptables episodios que hemos vivido estas últimas semanas: La banalización del dolor sufrido, la falta de respeto a las víctimas de la violencia, los ataques a víctimas de ETA en redes sociales, la estigmatización de localidades como Altsasu o Errenteria, etc. Las imágenes de Donostia, Bilbo y Errenteria nos deben llevar a una profunda reflexión.
Sin embargo, también hay que constatar, una vez más, que la sociedad ha dado una lección de madurez votando de manera abrumadora a las opciones que han apostado por la convivencia, el debate sosegado y la búsqueda de acuerdos. Y es que aquellos agentes que pensaban que la confrontación y el exceso verbal les iba a resultar rentable en términos electorales, se han encontrado con que la sociedad les ha dado rotundamente la espalda.
El método de resolución –la triangulación- aplicado en los casos del desarme civil y la disolución de ETA certifica cuál es el camino adecuado: el diálogo y los acuerdos entre diferentes.
Fue la voluntad de la sociedad civil la que permitió desatar nudos que parecían imposibles y será la sociedad civil la que construya las condiciones para avanzar en la resolución de las cuestiones pendientes. Única garantía de no repetición.