28/06/2022

En Navarra estamos transitando de los frentes a los puentes

Agus Hernan, Terexa Fagoaga y Fernanado Armendariz han ofrecido una rueda de prensa en Pamplona con el objeto de
presentar la valoración del Foro Social Permanente en Navarra sobre los importantes pasos que se están dando en la Comunidad Foral en relación al reconocimiento y reparación de las víctimas del estado.

Intervención de Fernando Armendáriz

Comparecemos hoy en rueda de prensa con el objeto de ofrecer la valoración del Foro Social Permanente en Navarra sobre los importantes pasos que se están dando en nuestra Comunidad Foral en relación al reconocimiento y reparación de las víctimas del Estado.

El objetivo del Foro Social Permanente es dotar a todas las víctimas del derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Y, en este aspecto, el necesario superar toda expresión de discriminación, de obra o de palabra, hacia todo tipo de víctima, sin hacer distinciones ni categorizaciones en función de los agentes vulneradores de derechos.

Este mes de junio se han producido tres pasos institucionales de suma importancia en este objetivo:

  • el primero: el pasado 6 de junio. El Parlamento aprobó por unanimidad una declaración en relación al 26 de Junio, Día Internacional de apoyo a las Víctimas de la tortura;

  • el segundo: el lunes 13 de junio. El Gobierno de Navarra informó de la licitación de un estudio oficial sobre la tortura al Instituto Vasco de Criminología.

  • el pasado jueves. El Parlamento aprobó por mayoría la modificación de la “Ley Foral de reconocimiento y reparación de las víctimas de violencia policial y de extrema derecha”, buscando la equiparación en las indemnizaciones con otras víctimas. Este paso, junto al acuerdo ya anterior en relación a la composición de la Comisión de Reconocimiento y Reparación, permitirá que la ley arranque su trabajo después de verano.

Junto a estos avances institucionales, debemos subrayar la iniciativa social en torno al tema de la tortura impulsada por las propias victimas. Prueba de ello, la manifestación del pasado sábado y los importantes apoyos que ha reunido entre ellos, el de la practica totalidad de los sindicatos.

Corresponde a toda la sociedad dotar a todas las víctimas del reconocimiento que merecen. Corresponde a las instituciones dotar a todas las víctimas de los instrumentos de reparación. Y en este sentido, el instrumento de la Ley Foral es el máximo instrumento de reparación para una víctima.

Entendemos que todas estas iniciativas han venido a consolidar un escenario en el que las víctimas del Estado, que han venido expresando por activa y por pasiva ser víctimas de segunda categoría, empiezan a ser reconocidas y reparadas.

Sin embargo queda mucho camino por hacer. Tres retos:

  • El primero, el acceso a la justicia. Las víctimas del Estado vienen manifestando su nula confianza en la justicia.

  • El segundo, reconstruir la confianza de estas víctimas en las propias instituciones navarras. Existe una fractura en este sentido y en su reconstrucción las instituciones navarras tienen la máxima responsabilidad.

  • El tercero, el propio imaginario colectivo que hace que cuando se habla de víctimas se piensa solo en víctimas de ETA y nunca “en las otras víctimas”.

Este mes de junio se han dado pasos importantes que todos los actores y las propias víctimas deberían valorar en su justa mediada.

Si entendemos que todas las víctimas son de todos y todas, de toda la sociedad, si debemos ampararlas a todas, entonces debemos avanzar en la superación de las dinámicas cruzadas de discriminación todavía existentes y, para ello, es necesario empatizar, respetar y hacer nuestro como sociedad el sentimiento de lo sucedido que cada una de las víctimas pueda tener.

 

Intervención de Agus Hernan

Los pasos dados este mes de junio en materia de víctimas del Estado son el colofón de una legislatura que el Foro Social Permanente califico ya en su inicio como “la legislatura que reunía mejores condiciones para dar pasos hacia la convivencia democrática”.

Desde 2019 son numerosos los acuerdos, declaraciones institucionales y declaraciones de partidos políticos que han acompañado los pasos en los tres nudos pendientes a resolver: víctimas - todas las víctimas -, personas presas y memoria critica inclusiva.

Somos testigos de cómo, con paciencia, se han venido tejiendo consensos entre los grupos representados en el Parlamento Foral – en algunos casos incluso por unanimidad-, entre la totalidad de los sindicatos y entre numerosos actores de la sociedad navarra.

En paralelo, el Gobierno de Navarra puso en marcha un proceso participativo para preparar el primer Plan de Convivencia. Un plan al que el Foro Social Permanente, junto a numerosos actores, presento propuestas, muchas de las cuales fueron recogidas. Un plan del que, por ejemplo, emana el estudio sobre la tortura que esta realizando el IVAC.

Todo ello ha venido generando un ecosistema favorable para que se vayan dado pasos en los tres aspectos citados, incluidos los de este mes de junio.

No ha sido un proceso exento de momentos de crisis. La mas reciente, la abierta en el pleno del 22 de marzo en el que se votaron las propuestas de resolución de los partidos políticos al Plan de Convivencia del Gobierno de Navarra. El mismo generó un momento muy difícil que fracturó el “jarrón” de ese extenso consenso.

Sin embargo, debemos saludar que la mayoría de grupos políticos han trabajado por reconstruirlo y hoy es el día en que el Plan cuenta con el apoyo de la mayoría parlamentaria.

En estos años el Foro Social Permanente ha intentado aportar a ese «carril central» por la convivencia democrática. Fuera y dentro del Parlamento.

Las jornadas anuales en el Palacio del Condestable reuniendo a personalidades de la sociedad navarra, los intensos encuentros entre víctimas de diferentes violencias en el Hemiciclo del Parlamento, el proceso eclesial recientemente terminado, las mesas redondas, la última el pasado martes dentro del ciclo “Diálogos Improbables”, y los numerosos informes sobre numerosos aspectos, han pretendido facilitar esos acuerdos y ayudar a tejer esos espacios de consenso.

Siempre con una única misión: aportar a la resolución integral de las consecuencias del ciclo de violencias y construir una cultura de paz basada en los derechos humanos que sienten las bases de no repetición.