01/06/2022

El Foro Social presenta cuatro «diálogos improbables» para aportar en la construcción de una memoria crítica inclusiva

El pasado 15 de diciembre el Foro Social Permanente dio inicio a una nueva dinámica titulada “Ustekabean, topo - Diálogos improbables” con el fin de aportar a desatar el que denominamos «el tercer nudo»: la memoria crítica inclusiva. El objetivo de esta dinámica es aportar a un diálogo sosegado que determine un nuevo marco de debate que, respetando todos los relatos, sea capaz de aportar en esta difícil cuestión.

Lo primero que hemos hecho, como siempre hace el Foro Social, es aprender de experiencias internacionales. Durante estos primeros meses hemos estudiado las experiencias de Colombia, de Camerún, Líbano y el Norte de Irlanda organizando tres encuentros. Y aunque aquí siempre se piensa que “el nuestro no es comparable con otros procesos”, los “diálogos improbables” están siendo una experiencia exitosa en numerosos conflictos.

Cuando presentamos esta dinámica anunciamos nuestra intención de generar espacios de encuentro públicos y privados que profundicen en una memoria crítica inclusiva. Así las cosas, el pasado viernes hicimos público que, desde finales de 2019, se ha desarrollado un proceso discreto en el que han participado 11 personas con trayectorias y experiencias vitales muy diferentes e incluso antagónicas.

Hoy queremos dar un nuevo paso presentando un ciclo de cuatro “Diálogos improbables” públicos que hemos organizado durante el mes de junio en Bilbao, Donostia- San Sebastian, Vitoria - Gasteiz y Pamplona - Iruñea. El de la capital donostiarra esta aún pendiente de confirmar su fecha y formato. En estos encuentros, otras 11 personas con trayectorias muy diferentes van a realizar el ejercicio de sentarse a dialogar desde sus respectivos relatos sobre cómo debemos construir una memoria crítica inclusiva.

Desde el Foro Social Permanente hemos venido repitiendo que, a nuestro entender, en los últimos años la batalla del relato se encuentra en una noria. Se repiten los mismos argumentos, sin avanzar. Aunque también es cierto que la falta de avances sustanciales en este tema condiciona cada vez menos dar otros pasos en las otras dos cuestiones aún por resolver: derechos de las víctimas y personas presas. Sin embargo, el de la memoria inclusiva es el nudo que más está costando soltar.

A pesar de ello, hay signos de que el tránsito ha comenzado a darse también es este tema, aunque estemos lejos del espacio de la construcción. A continuación, citaremos cuatro elementos que definen el estado de esta cuestión:

  • El primero, el agotamiento de la tesis del «relato único». Ninguna imposición aporta nada. Esta estrategia se ha demostrado agotada y, además, genera confrontación.

  • El segundo, la tesis de aplicar la regla mayoría/minoría en esta cuestión. Sería un grave error construir un marco de debate único que margine a un sector importante de la sociedad impidiéndole aportar su propio relato. Es necesario que todas las visiones puedan sentirse incluidas. Porque las exclusiones no son más que semillas de conflictos venideros.

  • El tercero, hemos constatado que, de puertas a dentro, está extendido el diagnóstico de que no será posible llegar a una narrativa única de lo sucedido en este país y de las causas.

  • El cuarto, la iniciativa del Gobierno Vasco de poner en marcha el proceso “Bases compartidas para la construcción social de la memoria en Euskadi” liderado por un equipo de trabajo integrado por tres historiadores/as y tres víctimas de ETA y del Estado.

En consecuencia, entendemos que si la mayoría de agentes coinciden en que la memoria, además de ser crítica, debe ser también inclusiva y no excluyente, sin dejar ningún relato crítico en el camino, entonces esta cuestión debe salir de la noria, dando un paso decidido adelante para afrontar de manera ordenada las diversas visiones de lo acaecido.

Sí existe una verdad histórica –los hechos-, pero no existe ni un relato, ni dos, ni siquiera tres. Han existido, existen y existirán visiones diversas sobre lo sucedido y, si bien debemos tratar de buscar toda la verdad, con todo lo amarga que la misma pueda ser, esta verdad completa será, en definitiva, la suma de diversas e incluso divergentes verdades.

Y es precisamente lo que pretende hacer el Foro Social con esta dinámica de trabajo y con este ciclo de diálogos.

Las 11 personas que participarán en esta dinámica son de trayectorias muy diferentes y con vivencias vitales incluso antagónicas.

Personas que tuvieron responsabilidades en organizaciones diversas: el Partido Popular, el PNV, la izquierda abertzale, el Partido Socialista, EMK y Aralar.

Diferentes corrientes de opinión que han marcado la historia de nuestro país y que, ademas de aportar sus respectivos relatos, proyectarán sus visiones al futuro.

Nadie tuvo, ni tiene, el monopolio de la verdad. Debemos observar lo sucedido, escucharnos, con una mirada crítica constructiva hacia nosotras mismas, así como empática hacia el resto.

La construcción de la convivencia democrática requiere hablar sobre todo lo que ha sucedido; conocer cómo hemos vivido unas y otras personas todas esas violencias que durante tantos anos han sido parte de nuestra vida cotidiana y que, en demasiadas ocasiones, desconocemos por haber buscado cobijo en la zona de confort de nuestra respectiva trinchera.

En el camino hacia la reconciliación es nuestra responsabilidad, no transferible a las nuevas generaciones, profundizar en esta cuestión.