El Foro Social pide la reubicación en el centro penitenciario de Pamplona de todas las personas presas cuyo origen sea Navarra

Fernando Armendáriz y Teresa Fagoaga han ofrecido hoy una rueda de prensa en Pamplona/Iruñea con el objetivo de presentar las aportaciones del Foro Social al “Libro Abierto de Convivencia” fomentado por el Gobierno
de Navarra, paso preliminar del I. Plan Estratégico de Convivencia de Navarra. Además, han realizado una valoración de la situación de Navarra en lo que se refiere a la convivencia y han hecho un llamamiento a la sociedad navarra para que “no pierda el norte” y no se deje arrastrar por los sectores anclados en el pasado

Intervención de Fernando Armendáriz (castellano) y Teresa Fagoaga (euskera)

Durante los pasados febrero y marzo, desde el Gobierno de Navarra se abrió un proceso de aportaciones para el llamado “Libro Abierto de Convivencia”, paso preliminar del I. Plan Estratégico de Convivencia de Navarra.

Desde el Foro Social Permanente en Navarra saludamos la puesta en marcha de este Plan Estratégico de Convivencia y hacemos nuestro su objetivo: “Convivir en igualdad y libertad en una Navarra democrática, plural y diversa”.

Nos congratulamos de que esta iniciativa y su voluntad de implementarla coincida con el diagnóstico que hacíamos en noviembre pasado en esta misma sala: “Una vez valoradas las voluntades, deseos y disposiciones de distintos agentes institucionales, académicos, políticos, sindicales y sociales, nuestra conclusión es clara: la presente legislatura debería permitir reunir las condiciones necesarias para dar pasos en la convivencia democrática en Navarra”.

Hoy, queremos presentar nuestras aportaciones a este Libro Abierto y nuestra valoración del momento en nuestra comunidad.

En esta aportación hacemos una evaluación de los avances y atascos desde la creación del Foro Social Permanente en Navarra en junio 2016.

Desde entonces, se han dado avances decididos que permitirán sentar las bases en la construcción de la convivencia democrática.

Se ha producido el desarme civil y la disolución de ETA; se han realizado encuentros en el Hemiciclo del Parlamento entre víctimas de ETA y víctimas del Estado que, haciendo un enorme ejercicio de generosidad, nos vienen marcando un camino de reconocimiento mutuo entre ellas; se ha logrado un amplio consenso en torno al derecho de todas las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la necesidad de superar la discriminación aún existente hacía las llamadas “víctimas del Estado”; se ha producido un consenso inimaginable en torno a la cuestión de las personas navarras presas y la necesidad de superar la todavía existente política de excepcionalidad y la aplicación de una política penitenciaria normalizada; se ha dado el primer paso hacia el reconocimiento de las víctimas de la tortura con el primer informe sobre personas torturadas en Navarra, correspondiente al período de 1960 a 1978 y, finalmente, el más relevante, la sociedad navarra en su conjunto ha dado pasos decididos en la construcción de una convivencia.

Es cierto que existen bloqueos importantes.

El primero, en torno a las víctimas. La Ley Foral 16/2019, de 26 de marzo, de reconocimiento y reparación de las víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos está recurrida, por lo tanto, su no implementación genera una importante inseguridad en las víctimas e impide dar pasos decididos en el reconocimiento institucional.

El segundo, en la cuestión de la memoria crítica inclusiva condicionada por la batalla del relato inter-partidaria. Constatamos que, en la cuestión del relato, el legítimo debate, es como una noria que viene repitiendo los mismos argumentos, incapaz de avanzar, mientras condiciona pasos decididos en el resto de las cuestiones.

El tercero, la persistencia de sectores que, anclados en lógicas del pasado, pretenden condicionar lo ya andado. Algunos con lobbies de presión muy importantes. Más adelante volveremos sobre esta cuestión.

Como pueden comprobar en el documento que les hemos entregado, nuestra aportación incide en la mayoría de los aspectos que identifica el Libro Abierto y recoge además las aportaciones de tres personalidades1 plurales de la sociedad navarra y de víctimas de ETA y del Estado2.

Incide también en un aspecto que no recoge el Libro Abierto y que, desde el Foro Social Permanente, entendemos necesario. La necesidad de que se den pasos urgentes y decididos en la aplicación de una política penitenciaria normalizada a las 34 personas navarras presas y a las huidas y deportadas.

Como afirmamos en nuestra aportación, entendemos que solucionar esta consecuencia del ciclo de violencias “desde una exclusiva aplicación de la legalidad penitenciaria adecuada a la realidad actual, con un itinerario de las personas presas que incluya un reconocimiento del daño causado, sería una importante aportación a la convivencia democrática”.

En este aspecto, la pandemia y el confinamiento han generado dinámicas muy interesantes en Navarra de ampliación de los consensos. La dinámica “SOS Presoak Covid19” impulsada por Salhaketa, Sare, Etxerat y Altsasuko Gurasoak ha obtenido importantes apoyos políticos, sociales y de la totalidad de los sindicatos en nuestro territorio.

Sin embargo, entendemos necesario, urgente y de sentido común dar un paso adelante en este momento. Tal y como ha propuesto el Gobierno Vasco apoyándose en un informe sanitario, sería conveniente que desde el Gobierno de Navarra y de acuerdo con el artículo 12.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, en el contexto de las consecuencias de la Pandemia del Covid 19 y con el objetivo de la prevención y protección de la salud pública, articular con carácter general para toda la población reclusa un plan de acercamiento a las cárceles más cercanas al entorno familiar de cada persona presa.

En el caso navarro, esta propuesta implica la reubicación en el centro penitenciario de Pamplona de todas las personas presas cuyo origen, residencia habitual o entorno familiar se encuentre en Navarra.

Para terminar, queremos expresarles nuestra preocupación. En los últimos meses se ha enturbiado el debate en Navarra y, especialmente en Pamplona. Desde dos espacios opuestos entre ellos se ha tensionado sobremanera la situación que, entendemos, ha puesto en riesgo los avances antes citados dados en Navarra en pro de una convivencia democrática y en el ensanchamiento del carril central de la resolución.

Sin pretender en absoluto equiparar el peso de ambos sectores, sí es cierto que se trata de polos opuestos que se retroalimentan por estar anclados en lógicas del pasado.

Nos referimos a dos espacios políticos bien definidos. Por una parte, sectores que, aunque muy minoritarios, son negacionistas del proceso de paz y generan crispación.

Por otra, al lobby que, con un peso muy importante, está anclado en lógicas de vencedores y vencidos y que condiciona los avances.

Desde el Foro Social Permanente entendemos que el derecho de las víctimas a no tener que sufrir situaciones de revictimización debería ser compatible con la defensa de los derechos de las personas presas.

El derecho de las víctimas de todas las expresiones de violencia a la verdad, la justicia, la reparación y el derecho de las personas presas a dar fin a la todavía existente política de excepcionalidad penitenciaria, son dos aspectos que deben y pueden caminar de la mano. No se trata de “víctimas o presos”, sino de “víctimas y presos”.

Como hemos expuesto en el balance, en esta línea venimos trabajando desde el Foro Social con numerosos agentes institucionales, políticos, sindicales y sociales logrando importantes consensos.

Hacemos un llamamiento a estos agentes a no perder el norte: resolver las cuestiones pendientes y dar pasos resolutorios para sentar las bases de una convivencia democrática que consolide las condiciones de no repetición.

No perder el norte y no dejarse arrastrar por aquellos sectores que, desde posiciones opuestas y ancladas en el pasado, quieren desandar el camino andado.

Las dificultades son importantes en Navarra pero debemos tener claro que la mayoría de la sociedad navarra está en lógicas de resolución y de convivencia.