17/10/2020

El Foro Social ha presentado el "Compromiso social con la construcción de la convivencia”

El Foro Social Permanente ha organizado hoy un acto en el Palacio de Aiete de Donostia, en la sala Gandhi, en el que ha presentado una iniciativa de gran calado denominada "Compromiso social con la construcción de la convivencia”. En nombre del alcalde Eneko Goia (ha tenido que asistir a Vitoria-Gasteiz a una reunión), el acto ha sido abierto por el concejal Juan Ramón Viles. A continuación, las portavoces del Foro Social Agus Hernán y Nekane Altzelai han hablado sobre la proyección del propio acuerdo y el valor para la convivencia. A continuación, Aitzpea Leizaola y Mikel Casado han presentado el propio "Compromiso Social" y, por último, Eneko Calle ha presentado el proceso participativo.

Noveno aniversario de la Conferencia Internacional de Paz de Aiete
Ponentes: Nekane Altzeiai y Agus Hernan

Este marco, este lugar, no es uno más en la historia reciente de este país en lo que respecta a los pasos hacia el final del sufrimiento debido a conculcaciones de derechos humanos. Fue lugar de contenida esperanza durante las conversaciones de paz y la Declaración de la Conferencia Internacional de Aiete de 2011, con una hoja de ruta que pedía compromisos a todos los agentes implicados, lo cual daría lugar al fin definitivo de la violencia de ETA y al consiguiente acercamiento a una convivencia entonces aún lejana.

Hace 4 años nos reuníamos en este mismo lugar con motivo del 5º aniversario de esa Conferencia. Era nuestra primera aparición pública, nuestra presentación en sociedad. En primera fila, los máximos representantes de PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos y de la totalidad de los sindicatos.

En la sala, 75 representantes de sindicatos y entidades y personas a título individual que, desde el minuto cero, creyeron que era necesario un Foro Social de carácter permanente, que trabajase por resolver las consecuencias del ciclo de violencias.

Entonces, tras presentar un informe sobre lo hecho con vistas a avanzar en un proceso de desarme civil que se culminaría con éxito en abril de 2017, finalizamos nuestra intervención haciendo un llamamiento solemne a los partidos políticos a “dialogar, si es necesario hasta el amanecer”. Ese mismo día, Brian Currin les animó, nos animó, a aprovechar el período sin elecciones que había por delante, tras el inicio un día antes de la XI legislatura en el Parlamento Vasco.

Y, debemos reconocer, que vaya si lo hemos sabido aprovechar.

Se ha producido el desarme civil de ETA, completo y verificado, y la disolución de esta organización, verificada por la comunidad internacional. Se han construido consensos institucionales, políticos, sindicales y sociales, inimaginables hasta entonces; en primer lugar, sobre el derecho de todas las víctimas de todas las expresiones de violencia a la verdad, la justicia y la reparación; en segundo lugar, sobre la necesidad urgente de superar la fase de excepcionalidad penitenciaria y la aplicación de una política normalizada a las personas presas y, finalmente, la sociedad en su conjunto ha dado pasos decididos en la construcción de una convivencia.

Sin embargo, no podemos relajarnos. No podemos dar aún por sentadas las garantías de no repetición. Tenemos por delante tres años sin elecciones y debemos avanzar decididamente en la resolución de los tres nudos pendientes:

El primero, la cuestión de las víctimas. Es importante superar definitivamente la discriminación existente entre las diferentes tipologías de víctimas. Con este objetivo, debemos profundizar en los mecanismos existentes y otros nuevos a definir para asegurar mecanismos que superen esas discriminaciones y garantizar la verdad, la justicia y la reparación para todas ellas.

El segundo, la cuestión de las personas presas. Nunca esta cuestión había tenido los consensos que hoy tiene. Todas las condiciones están reunidas para dar los pasos necesarios. Aunque aún estamos lejos de una solución integral, se están dando pasos en la buena dirección. Pero aún quedan ciertas inercias del pasado de las que todos deben desprenderse.

La tercera, la memoria crítica inclusiva. Es obvio decir que se trata del aspecto que más dificultades tiene por, entre otras razones, estar condicionada por la batalla del relato inter-partidaria.

En nuestra opinión, esta cuestión incluye dos vertientes: la del legítimo debate partidario y su batalla por el relato y la vertiente del debate social.

La sociedad vasca va por delante de los políticos en esta cuestión. Existen ya un importante número de experiencias, de encuentros entre personas con recorridos diferentes.

Sin embargo, nada está ganado. Mientras no soltemos estos tres nudos, la cuestión seguirá estando en el centro de la tormenta. Debemos desatar bien los nudos para no generar más dolor ni más frustración.

Y en este sentido, hay tensiones que no ayudan nada. Estamos preocupados por el tono del debate político en torno a este tema. Sobre todo en Madrid, pero también aquí. Los partidos políticos tienen una gran responsabilidad en desarmar la palabra.

El principal objetivo del “Compromiso Social con la Convivencia Democrática” que hoy les vamos a presentar pretende sentar esas garantías de no repetición y, para ello, dos son los retos:

  • una cultura democrática plena de respeto de todos los derechos civiles, políticos y sociales de todas las personas
  • la transmisión a las nuevas generaciones una cultura del diálogo y de no violencia como instrumento único en el siglo XXI para resolver los conflictos.

Aiete 2011 supuso, de alguna manera, un compromiso por la paz y por la convivencia, entendida como una relación interpersonal en el espacio territorial y político basada en el respeto estricto a los derechos fundamentales, que es un respeto a la dignidad de las personas, y del uso del diálogo como forma de tratamiento de los conflictos, con el objetivo de evitar el posible sufrimiento. No se trata de amarse, se trata de respetarse.

Hoy, 9 años después, queremos retomar la idea de compromiso por la convivencia democrática. Acordar, no tanto sobre lo que ya debería ser una obligación por estar ya acordado a nivel internacional: los derechos humanos, sino principalmente acordar sobre su cumplimiento y su respeto en serio, ya que su desconsideración produce sufrimiento de una u otra forma. Ese compromiso reside, en primer lugar, como función primera e incondicional, en el Estado democrático, y, en segundo lugar, en la sociedad.

En estos 9 años la sociedad, desde Aiete hasta el día de hoy, pasando por Kanbo, hemos venido construyendo un proceso de paz no al uso que, si en un principio tuvo una lógica principalmente unilateral, hoy es un proceso multilateral al que son numerosos los actores institucionales, políticos, sindicales y sociales que están aportando su granito de arena.

Y podemos afirmar con orgullo que la sociedad civil ha sido, hemos sido, un actor determinante en esos avances. Ha sido el aceite en un motor que se gripaba demasiado a menudo.

Hoy, con la propuesta de alcance que les presentaremos a continuación, renovamos nuestro compromiso. Eskerrik asko.

 

Compromiso social con la construcción de la convivencia – Intervención de presentación de la iniciativa
Ponentes: Aitzpea Leizaola y Mikel Casado

Si hay un sentido prioritario legitimante y asumible en toda sociedad y sus leyes, ese es el acuerdo por evitar el sufrimiento causado por la conculcación de derechos humanos, civiles y sociales.

Siendo esto así, la convivencia es la prioridad política que toda sociedad debería perseguir, entendida como respeto a todos los derechos de todas las personas y como uso del diálogo para la superación del desacuerdo.

El Foro Social Permanente desea incidir en esta idea. Y para ello, ponemos hoy aquí en marcha el proceso “Compromiso social con la construcción de la convivencia democrática”, que hoy presentamos públicamente. Queremos reflexionar sobre los retos pendientes, sobre los nudos a soltar. Y queremos hacerlo ampliando horizontes, de forma participativa y abierta, recogiendo sentires y percepciones de todos los sectores sociales que componen nuestra sociedad.

La conclusión de la labor que desde el Foro Social Permanente hemos llevado a cabo desde que presentamos nuestra red de organizaciones de la sociedad civil en este mismo lugar allá por el 2016 ha sido clara: la sociedad civil puede (y debe) aportar al final del sufrimiento, y por tanto a la convivencia, facilitando la resolución completa de las consecuencias del ciclo de violencias y sentando las bases solidas de unas garantías de no-repetición.

Estos últimos 9 años han sido posibles pasos importantes. Nekane y Agus ya los han detallado y todos los actores así lo reconocen. Es por ello que creemos que ha llegado el momento de garantizar, de una vez por todas, que todas las personas que conformamos la sociedad vasca seamos dueñas de los derechos que nos corresponden: derechos civiles, políticos y sociales.

Por ello hemos decidido activar un proceso de debate participativo para llevar a cabo una reflexión ambiciosa sobre lo que entendemos por convivencia democrática; sobre cuáles son los nudos por desatar y los elementos perturbadores que dificultan poder llegar a dotar a todas las personas de todos los derechos. Y mirar así al futuro y los retos a los que habremos de hacer frente. Un debate en el que toda persona que quiera podrá participar, podrá expresar su sentir y su visión, mediante distintas formas y mecanismos que el Foro Social Permanente activará y de las cuales hablaremos en la siguiente intervención.

En definitiva, buscamos visibilizar y explicitar la complejidad que plantea la construcción de la convivencia, los distintos puntos de vista (que, por momentos, parecen irreconciliables), para así tratar de que todos los sectores sociales de nuestra sociedad reflexionen y aporten a la cuestión.

Todo lo anterior porque consideramos que ha llegado el momento de acordar. Acordar tanto sobre lo acontecido como sobre lo que está por venir. Acordar, de abajo arriba, un compromiso social que garantice unas bases por las que las diversas visiones del país puedan convivir en paz y democráticamente. De ahí el nombre que hemos decidido dar a la iniciativa.

El documento que hoy os presentamos es el fruto de un proceso interno que se inicio en septiembre del pasado año. Ha sido elaborado como conclusión a una reflexión en la que han participado todos los agentes que componemos el Foro Social Permanente. Un proceso con encuentros muy enriquecedores en Altsasu, en Agurain y online durante el periodo de confinamiento, que dio como resultado un documento presentado en mayo que ya ahondaba en estas reflexiones. Un proceso en el que, como es norma, hemos buscado un acuerdo por consenso en las decisiones. El consenso, esa palabra de tanto calado pero tan difícil de conseguir que, a veces, parece que realmente no existe. Ese es precisamente uno de los valores del Foro Social: buscar siempre el común denominador por encima de la diferencia.

En el mismo detallamos los contenidos mínimos y los nudos a soltar que, consideramos, el compromiso con la construcción de la convivencia democrática debiera contemplar como mero punto de partida para el debate. Los principales son los siguientes:

  • La convivencia presente y futura es responsabilidad de las instituciones democráticas y de todas las personas que componemos la sociedad en su conjunto.
  • La sociedad vasca está atravesada por distintos ejes de desigualdad (género, clase, procedencia, racialización, edad, sexualidad, situación económica, educación...), pero tiene una gran experiencia acumulada en cuanto a formas de participación social y redes de solidaridad, que es preciso reconocer y aprovechar;
  • Es imprescindible el reconocimiento del dolor de todas las víctimas y ofrecer una solución definitiva a la existencia de personas presas o huidas por delitos de motivación política, y a la reintegración de las mismas.
  • Existen diversas visiones de país y relatos del pasado, y todos han de ser escuchados y respetados.
  • Es imprescindible contar con un marco social que respete todos los derechos humanos, civiles y políticos.

Lo que buscamos mediante este proceso de debate es, en definitiva, establecer garantías para que nada como lo vivido pueda volver a repetirse en el futuro. Establecer un compromiso social que garantice que las generaciones venideras solo puedan dirimir sus lógicas diferencias de forma pacífica y democrática. Un compromiso que nos comprometa a construir una nueva sociedad que tenga la defensa de los derechos humanos como base incuestionable.

 

Detalles del proceso participativo
Ponente: Eneko Calle

Actualmente atravesamos un contexto profundamente incierto. La Pandemia de la COVID-19 ha agudizado una pluralidad de crisis sociales (sanitaria, de cuidados, económica, de valores). Valores como la colaboración, la ayuda mutua, la solidaridad, la cooperación... parecen entrar en crisis ante un exacerbado culto al individualismo y al egocentrismo. El miedo ante la incertidumbre, además, ahonda estos cultos desde mensajes y prácticas reaccionarias, patriarcales, clasistas y coloniales.

La coyuntura actual ha trastocado las agendas de la mayoría social, así como las prioridades políticas, sociales y económicas de la ciudadanía. Hoy emergen exigencias a los estados e instituciones para garantizar los derechos básicos de todas las personas, además de la urgencia por fortalecer las redes comunitarias que nos permiten transitar hacia sistemas que ponga la vida en el centro.

Nuestro proceso de resolución de las violencias se ha caracterizado por la participación protagónica de la sociedad civil. Un proceso que, aun siendo singular, ha seguido los estándares internacionales de resolución de conflictos armados. Se ha desarrollado en base a esquemas tradicionales, con todo lo que ello conlleva, con sus aciertos y sus errores.

Hoy podemos felicitarnos por el trabajo realizado y recordar también a todas las personas que hoy no están aquí en Aiete, pero que durante décadas han dedicado sus vidas para poner fin a las violencias y todas sus consecuencias. Así mismo, compartimos también la urgencia de transformar lógicas del pasado que hoy siguen repitiéndose y nos retrotraen hechos y momentos que siguen generando dolor a muchas personas.

Hemos demostrado que el diálogo ayuda a soltar los nudos y los elementos que dificultan poder llegar a dotar a todas las personas de todos los derechos. Reflexionar sobre conceptos como la violencia, el dolor, la dignidad, el respeto, la igualdad... nos pueden ayudar a construir una sociedad mejor. Si deseamos construir un futuro de convivencia democrática y paz es necesario reconocer el pasado, así como todo el sufrimiento padecido. Pero eso no es suficiente.

Somos conscientes de que éste es un tema que hoy no está entre las prioridades de la sociedad en el actual contexto. No obstante, estamos convencidas de que hoy es más necesario que nunca avanzar y consolidar una democracia fuerte que garantice y que vele por el cumplimiento de todos los derechos humanos en este momento crítico, tarea imposible sin memoria, empatía y compromiso. Por ello, y pese a todo, somos más que hace nueve años, y más fuertes que hace cuatro.

En este sentido, desde el Foro Social Permanente creemos que la convivencia debe ser entendida de una manera integral. Avanzar en la senda de la resolución de todas las consecuencias producidas por la violencia pasada mantiene un fuerte vínculo con una situación actual plagada de desigualdades, dominaciones y otras violencias. Memoria y horizonte, pasado y futuro se entrelazan para avanzar en una sociedad más resiliente, cohesionada que, sin negar los conflictos sino al contrario, enfrentándolos, apuesta por la democracia y la cultura de paz.

Abogamos de este modo por seguir activando a la sociedad civil a través de un proceso que ponga en valor la diversidad de sujetos y agendas que tienen como horizonte la cohesión social desde múltiples dimensiones. Para ello, pondremos en marcha durante los meses siguientes nuevas líneas de trabajo, que generen espacios de debate, escucha y reflexión, y permitan a agentes sociales y personas hacer aportes al compromiso social desde su visión, perspectiva y experiencia. Algunas de esas líneas de trabajo son:

  • Debates abiertos sobre las distintas formas de comprender la convivencia democrática, para recoger aportaciones y visiones de sectores sociales con los que hasta ahora no hemos podido estar en contacto.
  • Ronda de contactos pública con organizaciones, movimientos sociales, fundaciones y entidades de la sociedad civil vasca para presentar la labor del Foro Social Permanente, recoger aportaciones y, en su caso, consensuar posibles iniciativas conjuntas.
  • Recogida de aportaciones de personalidades referentes, a nivel público y privado, sobre los pasos necesarios para construir la convivencia futura.
  • Puesta en marcha de un buzón público donde cualquier persona pueda compartir su visión, sus propuestas, sus críticas... sobre el proceso de construcción de la convivencia futura.
  • Organización de conferencias públicas cuyo objetivo sea el debate, la puesta en común de ideas y la visibilización de la labor llevada a cabo.

Queremos éste sea un proceso dinámico, participativo y eficaz. Que sea evaluado y adaptado según avancemos en el proceso. Y, en este sentido, nos comprometemos a haceros una devolución de los avances en el próximo 16 de Mayo 2021, Día Internacional de la Convivencia en Paz.

En los próximos meses, nuestro objetivo será sumar, alimentar la propuesta y los principios que os acaban de presentar Mikel y Aitzpea. Estamos convencidas de que las garantías para la no repetición de la historia, así como para que dicha historia nos enseñe a enfrentar los nuevos desafíos, requieren de la generación y consolidación de espacios y estructuras sólidas y duraderas en el tiempo. Es decir, el proceso que iniciamos hoy no lo entendemos solo como la suma de participantes o aportes al compromiso social, sino como nuevas dinámicas de alto valor añadido en una construcción colectiva que sostenga el compromiso en el futuro.

Hacer la paz, o “las paces”, es un arte. Tal y como lo hemos demostrado en todo este proceso, la sociedad civil vasca debemos seguir siendo motor, con propuestas imaginativas y creativas para construir un futuro mucho mejor que el presente. Hace nueve años hacíamos un llamamiento a los partidos políticos para se sentaran a hablar; hoy ese llamamiento lo hacemos extensible a la sociedad y nosotras nos ofrecemos como facilitadoras de este proceso.