27/08/2021

El Foro Social exige verdad para las víctimas de las desapariciones forzadas y poder así continuar avanzando en la construcción de la convivencia democrática

Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Tasio Agirrezabalaga y Nekane Altzelai han ofrecido una rueda de prensa

27/08/2021 – Koldo Mitxelena kulturunea (Donostia-San Sebastián)

Ponentes: Nekane Altzelai, Tasio Arrizabalaga


Desde el año 2011, el 30 de agosto es el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, bajo el auspicio de Naciones Unidas. Una fecha que el Foro Social Permanente ha hecho suya incluyéndola desde hace ya cuatro años en su agenda de trabajo.

La desaparición forzada es una grave vulneración de derechos humanos recogida en la Carta de las Naciones Unidas, además de una estrategia para infundir el terror entre la ciudadanía. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos de la persona hecha desaparecer, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.

En el caso vasco son 7 los casos documentados de personas que han sido hechas desaparecer, y que aún continúan desaparecidas, a manos de muy diversos agentes que se han valido de la violencia:

  • Los tres jóvenes coruñeses, residentes en Irun, José Humberto Fouz Escobero, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga, desaparecidos entre Biarritz y Donibane Lohitzune el año 1973.

  • Eduardo Moreno Bergaretxe o Pertur, desaparecido en Behobia el 23 de julio del año 1976.

  • Tomás Hernández, desaparecido en Hendaia el 15 de mayo de 1979.

  • José Miguel Etxeberria Álvarez “Naparra”, desaparecido el 11 de junio del año 1980.

  • Jean Louis Larre, desaparecido el 7 de agosto del año 1983 en Léon (Landes).

Decimos “casos documentados” porque somos conscientes que podrían existir otros sobre los que diversos agentes continúan trabajando.

Por otra parte, tampoco debemos olvidar que la desaparición forzada ha sido una estrategia utilizada en más ocasiones de las anteriormente citadas en el contexto del ciclo de violencias vivido en el País Vasco y Navarra, ya que han existido otros casos de personas que han sido hechas desaparecer, y que han sido localizados tiempo más tarde:

  • Jesús Martínez Martínez y Jesús María González Ituero, Policías Nacionales desaparecidos el 4 de abril 1976 a las puertas de un cine de Hendaia. Fueron hallados de manera casual el 18 de abril de 1977 en la playa Chambre d´Amour de Angelu.

  • Bernardo Bidaola Atxega "Txirrita": desapareció el 25 de abril de 1976 en la frontera entre Sara y Etxalar, y apareció muerto el 28 de mayo del mismo año, más de un mes después, en el mismo lugar donde desapareció, que había sido rastreado en diversidad de ocasiones. El cadáver presentaba signos de haber muerto días después de haber fallecido, según determinó la autopsia que se le realizó. Aunque en la época la versión policial defendió que Txirrita se suicidó con un disparo en la cabeza, la segunda autopsia realizada en 2018 sacó a la luz que no, ya que el cadáver solo tenía un orificio de bala en el tobillo.

  • Joxean Lasa y Joxi Zabala: el 16 de octubre de 1983 fueron secuestrados por guardias civiles vestidos de Paisano en Baiona, cuando ambos se encontraban refugiados en Iparralde. Ambos fueron torturados violentamente en las instalaciones del Palacio de La Cumbre de Donostia-San Sebastián por miembros de la Guardia Civil y después trasladados a Alicante, donde fueron asesinados y enterrados en cal viva. Esta fue la primera acción organizada de la guerra sucia bajo las siglas GAL. Sus cuerpos aparecieron en la primavera de 1995, 13 años más tarde.

  • Mikel Zabalza: El orbaizetarra fue detenido en la medianoche del 25 de noviembre de 1985 en su domicilio de Altza y trasladado al cuartel de Intxaurrondo. Quienes fueron detenidos junto a él denunciaron haber sufrido torturas y haber escuchado los graves gritos de Mikel. Todos ellos quedaron en libertad sin cargos a las pocas horas y días. Sin embargo, Mikel no salió y le dieron por desaparecido. Según la versión oficial, tres guardias civiles le llevaron a un registro en un túnel cercano a Endarlatsa, pero él logró escapar y, con las manos atadas, se arrojó al río. 20 días después de su detención, el 15 de diciembre, el cuerpo de Mikel apareció en aguas del Bidasoa, en el mismo lugar que casi a diario habían registrado las personas que le buscaban.

  • Jon Anza Ortuñez: desde que fue visto por última vez en la estación de tren de Baiona el 18 de abril de 2009, permaneció desaparecido hasta el 11 de marzo de 2010. Jon Anza, ese día tenía una cita con ETA en Toulouse. El 11 de marzo de 2010, el cadáver de Anza apareció en la morgue de Toulouse, después de que su desaparición fuera denunciada públicamente y de que ETA culpara de esta a los estados español y francés. Lo ocurrido continúa todavía pendiente de ser esclarecido.

En definitiva, según las informaciones contrastadas, en Euskal Herria se ha utilizado al menos en 14 ocasiones la desaparición forzosa y siete de estas personas continúan aún en situación de desaparecidas.

En lo referente a dotar de los derechos que les corresponden a las víctimas que han sufrido vulneraciones de derechos humanos, como las víctimas de las desapariciones forzadas, las dos premisas que guían el trabajo del Foro Social Permanente son claras:

  • Todas las víctimas tienen derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación.

  • A igual vulneración, igual debe ser el reconocimiento.

En este caso el primero de los principios, el del derecho a la verdad, cobra una relevancia absoluta.

El dolor y el sufrimiento que generan el desconocimiento del paradero y de las circunstancias de la desaparición son tremendos y muy difíciles de sanar. Así nos lo han comunicado en diversidad de ocasiones muchas víctimas de desapariciones forzadas que han participado en diversas iniciativas a nivel público y privado organizadas por el Foro Social Permanente. Estas consideran el derecho a conocer la verdad como el elemento nuclear, el punto de partida, lo que entienden por justicia, lo que verdaderamente necesitan.

Dotar a estas víctimas y a sus familiares de la verdad que les corresponde es imprescindible. Y ello es responsabilidad de la sociedad vasca en su conjunto, de su ciudadanía, de sus agentes institucionales y políticos y de sus organizaciones sociales.

Desde el Foro Social Permanente, hoy, queremos recordar a todas las personas víctimas de la desaparición forzada, y reclamar que, como víctimas de gravísimas vulneraciones de derechos humanos que son, todas ellas merecen verdad, justicia, reconocimiento, reparación y garantías de no repetición. Porque solo así será posible continuar avanzando en la construcción de la convivencia democrática.