13/05/2018

25 aniversario de las conversaciones de Maroño: El papel determinante de la sociedad civil en la construcción de la paz

Textos de la comparecencia pública del Foro Social Permanente en la Paloma de la Paz, una semana después de la desaparición de ETA, para compartir con la sociedad vasca una reflexión de futuro.

Presentación

Juanjo Espina

En el día de hoy, una semana después de la desaparición de ETA, el Foro Social Permanente ha celebrado una reunión extraordinaria de todas las entidades y personas que lo componen, y quiere compartir con la sociedad vasca una reflexión de futuro que a continuación expondrán Aitzpea Leizaola y Fernando Armendariz.

Lo hacemos aquí porque la Paloma de la Paz es un lugar emblemático, y lo hacemos hoy porque el martes se van a cumplir 25 años de las conversaciones de Maroño.

Esta emblemática escultura de Nestor Basterretxea no siempre estuvo situada aquí. Y, probablemente, las personas más jóvenes no sabrán que, con esta Paloma como telón de fondo, la sociedad vasca vivió uno de sus momentos más tensos y difíciles.

Si lo hacemos hoy es porque pasado mañana se cumple el 25 aniversario de las conversaciones de Maroño. Es necesario recordar y poner en valor que personas y organizaciones de muy distinto signo, en una situación de extrema dificultad, supieran hacer un camino de dialogo y puesta en común. Ellas y ellos fueron las y los impulsores de un camino difícil al que otros dieron continuidad después. A aquellas personas pioneras, a las que les siguieron después y a las que hoy todavía siguen en este empeño, desde el Foro Social Permanente, hoy y aquí, les expresamos nuestro reconocimiento y gratitud.

Afortunadamente, hoy la situación social es otra; salta a la vista. De hecho, el Foro Social es testigo e incluso impulsor de algunos de los avances logrados en esta última fase por la sociedad.

Hace poco más de una semana que se confirmó la desaparición de ETA. Como es conocido, el Foro Social Permanente, entre otros actores, ha estado trabajando largos meses de manera discreta para aportar en positivo y para facilitar que este proceso fuera ordenado y que el resultado del mismo, que ha contado con la certificación de la comunidad internacional, no dejara duda alguna. Diez días después de los pronunciamientos de Ginebra y Kanbo, podemos decir que el objetivo marcado se ha cumplido

Pero este reconocimiento a la labor de la sociedad civil por su trabajo a favor de la reconciliación y la paz no puede entenderse sin, al mismo tiempo, reconocer a las víctimas de este país. Esas víctimas a las que tan solas dejamos durante tantos años. Esas víctimas que hoy son y serán un elemento nuclear en el proceso de reconciliación social que aún nos queda por construir.

La música de Paul Casals al violín nos acompañará mientras guardamos un momento de silencio en memoria de las todas las víctimas bajo esta “Paloma de la Paz”.


 

 

Declaración

Fernando Armendáriz


 

El próximo martes, 15 de mayo de 2018, se cumplen 25 años de las “conversaciones de Maroño”, dinámica que acertó en sentar en una misma mesa a diversos agentes de la sociedad civil con un propósito claro: poner en valor el diálogo multilateral para contribuir a la construcción de un escenario de paz.

Mediante esta comparecencia deseamos, en nombre del Foro Social Permanente, no dejar que caiga en el olvido esta dinámica y poner en valor lo que supuso, como contribución a la construcción de una memoria inclusiva.

Es por ello que nos hemos acercado hoy a esta “Paloma de la Paz”, escultura de Nestor Basterretxea que fue testigo directo, en su anterior ubicación junto al Estadio de Anoeta, del enfrentamiento generado en el seno de la sociedad vasca. Qué lejano estaba el espíritu con el que Nestor Basterretxea la imaginó de lo que la Paloma tuvo que presenciar después durante largos meses.

El Foro Social Permanente es hoy día una dinámica que engloba agentes de una cierta pluralidad de la sociedad civil vasca. Somos humildes. No representamos a todos pero nuestra pluralidad es nuestra principal seña de identidad.

Conversaciones de Maroño

El 15 de mayo del año 1993 se reunieron en Arantzazu diversas organizaciones de la sociedad civil vasca que tenían puntos de vista muy diferentes sobre las razones de ser del conflicto, pero que coincidían en que la construcción de una paz duradera era necesaria y que, además, la sociedad civil estaba llamada a jugar un papel determinante en ese proceso. Esas organizaciones eran las siguientes:

  • Elkarri

  • Gesto por la Paz

  • Gestoras Pro Amnistía

  • Senideak

  • Gernika Batzordea

  • Gernika Gogoratuz

  • Herria 2000 Eliza

  • Denon Artean

  • Bakea Orain

  • Errenteria-Oreretako Pake Taldea

Sus objetivos fueron claros: analizar cuál era la naturaleza de la situación de conflicto y violencia que afectaba al país; tratar de consensuar un diagnóstico de la situación que se vivía; y elaborar una propuesta para plantear una posible solución.

Entonces comenzó un proceso que se alargó hasta el 16 de enero de 1994, y que sentó las bases de lo que después se ha demostrado es imprescindible para la resolución de un conflicto con verdaderas garantías de no repetición: la implicación de la sociedad civil organizada como impulsora y garante de los pasos a dar.

Si bien es cierto que finalmente las conversaciones no llegaron a satisfacer todos los objetivos definidos inicialmente, todos los grupos participantes firmaron el documento final donde se recogía que el mejor camino para la paz pasaba por “sustituir todas las expresiones de violencia por mecanismos de diálogo”. La actualidad que aún conservan estas palabras es indiscutible.

Desde el Foro Social Permanente queremos hacer públicas las siguientes reflexiones:

1.- Queremos rendir nuestro reconocimiento a las entidades que participaron en las conversaciones de Maroño y, en el seno de ellas, a las personas que apostaron por el diálogo como método para resolver las diferencias. En un momento en que de nuevo el diálogo atraviesa un momento difícil, queremos volver a reivindicar el diálogo como mejor herramienta para hacer frente a los retos que el futuro próximo nos depara.

2.- Queremos reconocer el trabajo realizado durante largos años por todas las entidades y personas, que desde posiciones muy diferentes, trabajaron y trabajan por la defensa de los derechos humanos de todas las personas, por el reconocimiento de todas las víctimas y por construir una cultura de paz en un contexto de extrema violencia.

3.- Desde esta Paloma de la Paz queremos hacer un reconocimiento especial a todas las víctimas de todas las expresiones de violencia. Esta sociedad tiene una gran deuda con ellas. Las víctimas de este país han soportado con paciencia los largos años de soledad y no reconocimiento. Y lo decimos desde el corazón. Y sin embargo, nunca hemos oído a la víctimas de este país pedir venganza o revancha, sino respeto, convivencia y reconciliación.

4.- Las personas y entidades que conformamos el Foro Social no nos resignamos a dejar que el paso del tiempo sea la única cura para los problemas que aún quedan pendientes por resolver. Lo decimos con humildad, porque, insistimos, el Foro Social no pretende arrogarse la representación de toda la sociedad, pero lo queremos decir alto y claro: es la hora de que la ciudadanía, toda la sociedad civil, de un nuevo paso adelante para construir la necesaria convivencia democrática en este país. Las condiciones objetivas para ello son hoy mejores que las de hace un par de semanas, incluso mejores que las que se crearon en 2011. Y desde luego muchisímo mejores que las que vivían aquellos quienes, hace 25 años, decidieron emprender el camino del dialogo.

Y es que Jornadas y dinámicas como las de “Maroño” y todas las que les precedieron y aquellas que les siguieron, son las que han llevado durante todos estos años a la sociedad vasca a no resignarse en la construcción de la paz, a reinventarse, a crear nuevas herramientas para impulsar la paz y la convivencia.

Nos queda trabajo por realizar. Las víctimas, todas las víctimas, y su derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Nunca ninguna víctima más debe sentirse excluida. Las personas presas y huidas y su derecho a que se les aplique una política penitenciaria de carácter ordinario. Nunca ninguna persona presa más, ni ningún familiar, debe tener que sufrir un castigo añadido. La construcción de una memoria inclusiva en la que todos los relatos se sientan razonablemente representados. Nunca nadie debe sentir que sus ideas han sido derrotadas.

Queremos concluir hoy aquí destacando el papel que la sociedad civil vasca, en sus múltiples expresiones, ha jugado. Es imprescindible que continuemos recorriendo esta senda y hagamos del diálogo entre diferentes nuestra bandera para la paulatina resolución completa de todas las consecuencias del conflicto.