El Foro Social Permanente considera que, en la senda de la construcción de la convivencia democrática en la que nos encontramos inmersos, es un derecho básico e inalienable de la sociedad en su conjunto el poder recordar en el espacio público a las víctimas que han sufrido graves vulneraciones de derechos humanos en el contexto del denominado conflicto vasco .
Es la memoria la que nos dará las garantías de no repetición de lo que hemos vivido en el largo ciclo de violencia. Recordar es lo que blinda a nuestra sociedad en el compromiso absoluto con la defensa de la verdad y los derechos humanos.
Es por ello que, mediante esta nota, queremos mostrar nuestro rechazo a los ataques que estos últimos meses han sufrido sendas placas de recuerdo a víctimas de violencias de distinto tipo y origen, como las ocurridas en Donostia-San Sebastián, Iruña/Pamplona o Etxarri- Aranatz, así como en otros tantos casos en distintos lugares de nuestra geografía.
Este tipo de sabotajes y ataques solamente consiguen la revictimización de personas que han sufrido graves vulneraciones de derechos humanos, además de provocar dolor a sus seres queridos y allegados, a las familias políticas, etc.
Por otra parte, atentan contra el proceso de construcción de la convivencia democrática y dificultan los posibles avances, que son, en definitiva, responsabilidad de la la sociedad civil vasca en su conjunto: de su ciudadanía, de sus agentes institucionales y políticos y de sus organizaciones sociales.
Es ya el día en que todos debemos superar el concepto de “nuestras víctimas”. Todas las víctimas son nuestras, son de todas y todos, de toda la sociedad. Y así debemos ampararlas.
Todas y todos nos hacemos la misma pregunta: ¿Quién esta detrás de este tipo de iniciativas? ¿Qué pretenden con ellas? El tren en marcha hacia la convivencia democrática no va a descarrilar. La sociedad vasca no acepta ni un solo paso atrás.
En nuestro país se están sentando unas condiciones muy sólidas para construir una nueva cultura de paz y derechos humanos que nos están permitiendo ser cada vez mejores personas, más solidarias y más empáticas. Una sociedad sin víctimas de unos u otros, con la suficiente inteligencia colectiva de construir un nuevo futuro sin olvidar lo sucedido en el pasado.
Dotar a las víctimas y a sus familiares del derecho a la verdad y el recuerdo es imprescindible. Porque, como señalábamos en las conclusiones del 5º Foro Social, “conocer la verdad, toda la verdad y todas las verdades, nos hará más libres como sociedad”.
Hoy añadimos: recordar aquellas verdades garantizará que no puedan volver a repetirse.