Este sábado día 17 de octubre se presentará en un lugar tan emblemático como el Palacio de Aiete de Donostia, coincidiendo con el noveno aniversario de la Conferencia Internacional de Paz, lo que hemos denominado “Compromiso Social con la Convivencia Democrática”. El principal objetivo del proceso que vamos a presentar pasado mañana es sentar las garantías de no repetición.
Las garantías de no repetición es una de las condiciones para la construcción de una cultura de DDHH y paz, junto con el reclamo de verdad, justicia y reparación para las víctimas. Se trata de un estándar internacional definido por la ONU.
Paradójicamente, a pesar de estar infinitamente mejor que hace pocos años, el tensionamiento del debate político que padecemos últimamente ha vuelto a poner encima de la mesa la necesidad de superar la asignatura pendiente de la construcción de la convivencia democrática. Hasta que no resolvamos las cuestiones pendientes y no nos comprometamos firmemente como sociedad civil con la convivencia, no se podrá asegurar que hayamos sentado las garantías de no repetición.
Desde Aiete hasta hoy día, pasando por Kanbo, hemos venido construyendo un proceso de paz no al uso que, si en un principio tuvo un lógica principalmente unilateral, hoy es un proceso multilateral al que son numerosos los actores institucionales, políticos, sindicales y sociales que están aportando su granito de arena.
Y podemos afirmar con orgullo que la sociedad civil ha sido, hemos sido, un acto determinante en esos avances. Ha sido el aceite en un motor que se gripaba demasiado a menudo.
Un proceso de paz avalado con los datos: en el estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco, a la pregunta “¿En su opinión, en qué estado se encuentra el proceso de paz en Euskadi?” Ahora, un 55% cree que está avanzando, mientras que en 2014 este porcentaje apenas era del 28%. Por contra, ahora cree que el proceso está estancado un 38%, cuando hace apenas 6 años éstos era una amplia mayoría (58%) la que así la percibía. Es decir, la sociedad estima que existe un proceso de paz en curso.
Lo cierto es que la sociedad va por delante que los partidos políticos a la hora de construir convivencia democrática y, por tanto, (nos) corresponde a la sociedad civil seguir tomando la iniciativa. Este proceso pretende ofrecer oportunidades a los diferentes actores de la sociedad civil, a título individual, sectorial o colectivo, de manera pública o privada, para que puedan dar un paso adelante (uno más) en la construcción de la convivencia democrática.
Y es que, a pesar de que en estos años ha habido avances muy sustanciales, el denominado proceso de paz tiene nudos aún por desatar: derechos de todas las víctimas y fin de la discriminación entre ellas, personas presas, huidas y deportadas y memoria crítica inclusiva.
El proceso que vamos a presentar este sábado supone la culminación de más de un año de trabajo discreto, de debate interno en el Foro Social Permanente, primero de reuniones y asambleas presenciales hasta que luego se tuvo que hacer todo vía telemática. Durante las próximas semanas y meses vamos a fomentar el diálogo entre personas diferentes, incluso algunas antaño enfrentadas, que son capaces de dialogar desde el respeto mutuo.
Somos conscientes de que el Foro no es el único agente que está apostando por construir convivencia. Todas las aportaciones en esa dirección son buenas, también del ámbito institucional o político. En la construcción de la convivencia democrática no sobra nadie, y nosotros y nosotras vamos a poner encima de la mesa todo el bagaje del Foro Social, con la experiencia acumulada (y éxitos) de estos años.
Este año, las condiciones sanitarias nos impiden dar una caracterización al acto del sábado como en ocasiones anteriores. De cualquier manera, el Palacio de Aiete será testigo, una vez más, de un nuevo paso cualitativo en nuestro singular proceso de paz.
Para seguir el acto vía streaming: