Teresa Toda y Agus HernĂ¡n han ofrecido hoy una rueda de prensa en el Koldo Mitxelena de Donostia para presentar los objetivos que el Foro Social Permanente se ha marcado para el curso que ahora se inicia.
Intervención de Teresa Toda y Agus Hernán
Como hemos venido diciendo durante todo el curso pasado, la disolución de ETA en mayo de 2018 generó las condiciones para afrontar la fase de construcción de una convivencia democrática en nuestro país.
Es cierto que para acometer esta tarea la incertidumbre política que se respira en Madrid es un elemento que no ayuda. Tenemos que reconocer que nos hubiera gustado ofrecer esta rueda de prensa con un gobierno ya constituido en Madrid, y lamentamos que no haya sido posible.
Sin embargo, por encima de posibles elecciones y del tipo de gobierno que se acabe constituyendo en Madrid, la sociedad vasca, nuestras instituciones, los partidos y sindicatos debemos seguir trabajando de manera decidida en soltar los nudos aún pendientes que nos permitan avanzar en la constitución de una convivencia democrática.
Para poder profundizar de manera definitiva en esta fase, es necesario soltar los tres nudos que quedan aún pendientes de resolver:
El derecho de todas las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, terminando con la discriminación que todavía persiste en el trato a las diferentes víctimas.
La desactivación de la aún vigente política de excepcionalidad penitenciaria y la aplicación de una política normalizada a las personas presas.
Impulsar desde los espacios sociales la construcción de una memoria crítica inclusiva, que respete todos los relatos y que permita superar la batalla del relato entre los partidos políticos.
Durante el curso pasado, la prioridad de trabajo del Foro Social Permanente fue, principalmente, la generación de espacios públicos y privados de encuentro con y entre víctimas de ETA y víctimas del Estado, dinámica de trabajo con unos resultados muy satisfactorios, tal y como valoramos en rueda de prensa el pasado 27 de junio en este mismo lugar.
De cara al curso que hoy iniciamos, cuatro son las prioridades que nos hemos marcado:
Seguir profundizando en los espacios entre diferentes víctimas y generando nuevas dinámicas de encuentro y de reconocimiento.
Hacer aportaciones a la construcción de una memoria crítica inclusiva.
Profundizar en el debate sobre la reintegración de las personas presas, huidas y deportadas y, más concretamente, en el itinerario que debe seguir la persona presa dentro de la cárcel, permitiendo su evolución de primer a segundo grado y, principalmente, de segundo a tercer grado. En este sentido, quisiéramos reiterar nuestra preocupación por el parón en los pasos de modificación de la política penitenciaria que puso en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez en julio de 2018, que, si bien son muy tímidos, abren el camino a lo que proponemos.
Hacer una aportación de largo alcance a la convivencia democrática, aportación sobre la que ya estamos trabajando.
Iniciativas
El Foro Social Permanente tiene una triple función: analizar y recoger experiencias que sirvan para soltar los nudos pendientes, hacer propuestas que vayan en sintonía con la mayoría social y política del país y realizar labores de facilitación para construir los consensos necesarios en torno a estas propuestas.
En este sentido, y al tiempo que seguiremos trabajando en espacios de facilitación alejados de los focos, para cada uno de estos ejes tenemos previstos a lo largo del curso encuentros con aportaciones de expertos internacionales y de experiencias más locales, que les iremos presentando cuando se aproximen.
DDR
Nuestro país se encuentra en un proceso singular de resolución de las consecuencias del largo ciclo de violencia. Un proceso muy diferente de cualquier otro proceso.
Para soltar el enroque que se generó en ciertos debates, nos hemos venido inspirando en los «Estándares Integrados» DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración) aplicados por las Naciones Unidas. Y, aunque no estamos en un DDR clásico, haciéndolo hemos obtenido un notable éxito en los casos del desarme civil y la disolución de ETA.
Es lo que hemos denominado «Un proceso DDR de País» en el que, una vez constituido un gobierno estable en Madrid, tocaría acometer la tercera pata: la «R» de la reintegración de las personas presas, huidas y deportadas.
Víctimas
Esa singularidad también se reproduce en el espacio de trabajo con las víctimas. Son raros los procesos de paz en los que tantas víctimas trasladan mensajes tan claros y rotundos en pro de una convivencia como está ocurriendo aquí. Las víctimas son una referencia en este terreno, y demuestran tremenda generosidad.
Memoria
Sin embargo, no podemos ser tan positivos en el balance de la construcción de la memoria crítica inclusiva. Decíamos anteriormente en los objetivos que pretendemos « impulsar desde los espacios sociales la construcción de una memoria crítica inclusiva que respete todos los relatos y que permita superar la todavía existente batalla del relato entre los partidos políticos ».
Respetamos el legítimo debate inter-partidista, pero no somos ingenuos y sabemos que este aspecto sigue condicionando todos los aspectos de la resolución, como hemos visto durante el mes de agosto.
Desde el Foro Social Permanente entendemos que este debate está agotado en los parámetros actuales. Se trata de una noria que, desde hace años, sigue dando vueltas a los mismos argumentos.
La pregunta hoy es: ¿cómo sacarlo de esta noria y situarlo en un espacio de resolución? Sabemos que es difícil, pero no nos resignamos.
Como Foro Social Permanente miraremos hacia afuera e intentaremos extraer experiencias internacionales.
Pero esta cuestión tiene otro plano. Entendemos también que existen ciertos sectores con poca presencia en nuestro país que están alimentando la confrontación hasta límites irresponsables, poniendo en peligro una convivencia que es todavía muy frágil.
Para finalizar, y como ya hemos dicho en anteriores ocasiones, queremos reiterar nuestro convencimiento de que en este país se están sentando las condiciones para construir una nueva cultura de paz y derechos humanos sobre bases muy sólidas, y todas estas experiencias acumuladas nos están permitiendo ser, de manera colectiva, cada vez mejores personas, más solidarias y más empáticas.