Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Foro Social Permanente ha recordado que son siete las personas desaparecidas en en llamado conflicto vasco.
Desde el año 2011, el 30 de agosto es el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, bajo el auspicio de Naciones Unidas.
El reguero de dolores generado en el seno del denominado conflicto vasco ha sido muy amplio y, por desgracia, también existen siete casos de desapariciones forzadas aún por esclarecer.
El pasado 17 de marzo presentamos en el Palacio de Miramar de Donostia el estudio titulado “Casos ‘sin resolver’: propuesta de un acuerdo integrador que satisfaga el derecho a conocer la verdad de todas las víctimas” que cifraba en 482 los denominados “casos sin resolver”. Entre ellos se encuentran los siete casos a los que hoy hacemos referencia.
Desde el Foro Social Permanente consideramos que, al igual que con los casos “sin resolver”, también es labor de la sociedad vasca en su conjunto el hacer frente al reto de ofrecer la verdad a aquellas personas familiares y amigas de las personas hechas desaparecer. Es por ello que no queremos desaprovechar este Día Internacional para reiterar en nuestro compromiso.
Como señalamos en la comparecencia del Palacio Miramar, la premisa que guía el trabajo del Foro Social Permanente en lo referente a la memoria y la convivencia ha sido siempre y será lograr satisfacer el derecho que tienen todas las víctimas a conocer la verdad de lo sucedido, como principal mecanismo de justicia, reconocimiento y no repetición de lo sucedido. Basándonos en el derecho internacional, defendemos el principio de no discriminación entre víctimas de vulneraciones de derechos humanos. Y esto debe hacerse desde, primero, el máximo respecto a todas las víctimas de todas las expresiones de violencia y, segundo, con una perspectiva lo mas amplia, inclusiva e integradora posible.
La desaparición forzada es una grave vulneración de los derechos humanos y ésta ha sido usada en demasiadas ocasiones como estrategia para infundir el terror entre la ciudadanía, también en el contexto del conflicto político vasco. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos de la persona desaparecida, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.
La dolorosa incertidumbre que las desapariciones forzosas han generado en el caso vasco durante largas décadas ha influido y marcado de manera profunda a diversas generaciones. Hoy día, aún son siete1 los casos de desapariciones que permanecen sin esclarecer:
Los tres jóvenes coruñeses, residentes en Irun, José Humberto Fouz Escobero, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga, desaparecidos entre Biarritz y Donibane Lohitzune el año 1973.
Eduardo Morenos Bergaretxe o Pertur, desaparecido en Behobia el 23 de julio del año 1976.
Tomás Hernández, desaparecido en Hendaia el 15 de mayo de 1979.
José Miguel Etxeberria Álvarez o Naparra, desaparecido el 11 de junio del año 1980.
Jean Louis Larre, desaparecido el 7 de agosto del año 1983 en Lèon (Landas).
En nombre del Foro Social Permanente, queremos saludar las diversas iniciativas que han tratado o están tratando de ofrecer una respuesta mediante herramientas de tipo académico, estudios detallados de la hemeroteca de la época y de las evidencias existentes, que pueden llegar a arrojar algo de luz sobre la verdad de estos casos.
Nos referimos, en concreto, a la elaboración de investigaciones por parte de la Secretaría General para la Paz y la Convivencia del Gobierno Vasco, en colaboración con la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco.
También al trabajo realizado por los abogados de las familias y, en ciertas casos, a distintas iniciativas sociales, que con su perseverancia permiten que estos casos no caigan en el olvido.
Consideramos que este tipo de iniciativas, pese a no llegar a oficializar una verdad de manera judicial, pueden contribuir a la reparación tanto moral como social de aquellas víctimas que han sido negadas u olvidadas durante largo tiempo y, por lo tanto, pueden suponer un gran avance en la senda hacia la completa superación de las consecuencias del denominado conflicto vasco, siempre desde esa perspectiva de satisfacer las necesidades personales de las víctimas.
Las desapariciones forzosas son casos de máxima gravedad, que requieren de la total atención por parte de las instituciones, sociedad civil organizada y partidos políticos, para así garantizar de una vez por todas el derecho de los familiares y amigos de los siete casos de desapariciones forzosas a la justicia, la verdad y la reparación.
Todavía continúan presentes el dolor y el sufrimiento que generan el desconocimiento del paradero y de las circunstancias de la desaparición. Es por ello que consideramos que se han de ofrecer todas la herramientas necesarias en marcha para salvar de una vez por todas las deficiencias que existen en las investigaciones llevadas a cabo en la época.
1Fuente: Secretaría General para la Paz y la Convivencia del Gobierno Vasco y base de datos de Euskal Memoria Fundazioa.