06/05/2020

El Foro Social apuesta por una desescalada en el debate político para poder avanzar en la construcción de una convivencia democrática

Análisis sobre el nuevo escenario creado por la pandemia y sus consecuencias en la agenda de resolución de las consecuencias del ciclo de violencias

1.-INTRODUCCIÓN

En las próximas semanas nuestra sociedad va a encarar una desescalada progresiva llena de incertidumbres.

Si la situación permite respetar los plazos anunciados, finalmente habremos pasado ocho semanas de confinamiento y, aún hoy, existen incógnitas sobre las consecuencias en el futuro inmediato.

Previamente queremos expresar nuestras condolencias a todas aquellas personas que han perdido seres queridos, a quienes no hemos podido despedir con dignidad, lo que nos impide afrontar el proceso de duelo. Nuestro reconocimiento a todas y todos los profesionales sin excepción que, desde todos los sectores, han garantizado la actividad imprescindible. Nuestra solidaridad con todas aquellas personas que han sentido sus derechos violados. Nuestra felicitación a la sociedad por su madurez y cohesión.

2.- CONTEXTO

Ha sido un ciclo que ha de-construido un sinfín de principios que parecían tótems inamovibles. Pero también ha sido un tiempo en el que nos hemos dado cuenta de la necesidad de fomentar la solidaridad de ida y vuelta, con otros sujetos y otras realidades; aquella, a la que desde el Foro Social Permanente siempre hemos prestado atención, poniendo en valor los aprendizajes de otras personas en la construcción de la Paz para acercarlos a nuestra realidad concreta y continuar aprendiendo, también en un proceso de ida y vuelta. Una solidaridad que une y fortalece el sentimiento de pertenencia a un sujeto más amplio y alimenta la esperanza frente a contexto duros y complejos.

Esta siendo una situación especialmente dura para las víctimas que han sufrido las expresiones de las distintas formas de violencia (ETA, GAL, torturadas, secuestradas, desaparecidas, etc) pues hemos sido conscientes de que este obligado confinamiento profundiza el recuerdo de aquellos momentos dolorosos. Momentos en los que todo vuelve.

El obligado confinamiento domiciliario está siendo también especialmente duro para los familiares y allegados de las personas presas, pues aumenta el dolor que, ya de por sí, el injustificable alejamiento y las políticas de excepcionalidad penitenciaria generan. Son momentos en los que la frustración y las dificultades de comunicación son aún mayores.

Por el contrario, se han generado nuevas experiencias comunitarias para dar respuesta a problemas y necesidades inmediatas. Hemos tejido nuevas redes sociales de proximidad. Hemos aprendido a relativizar lo secundario frente a lo importante. Lo inmaterial frente a lo material. La importancia de necesidades básicas (vivienda salubre, alimentación, acceso al sistema de salud,...). Y, sobre todo, hemos aprendido de manera colectiva que la convivencia entre las personas, la cohesión social, su salud, deben ser los valores centrales en nuestras vidas. En definitiva, estas semanas se nos ha hecho visible y presente la vulnerabilidad humana, así como nuestra interdependencia. Y eso nos ha hecho reaccionar: la preocupación hacia lo común y lo colectivo, el apoyo mutuo, la solidaridad, el ponerse en la piel del otro, aprender a gestionar enfados y miedos, la importancia del humor, comunicación, afecto y libertad en nuestras vidas, podrían ser algunas de los aprendizajes de esta pandemia y confinamiento. Todas ellas apelan a nuestra capacidad de iniciativa y a nuestra responsabilidad hacia los demás, sean estos lejanos o no.

Por lo anterior, están siendo también momentos para la empatía, para la escucha y para cuidarnos entre nosotras y nosotros. Queremos subrayar que hay que cuidar en extremo, y más en situaciones límite, la convivencia como fin y como instrumento necesario para la cohesión social y, en este sentido, estas semanas hemos intentado aportar nuestro grano de arena de manera humilde y discreta.

El Foro Social Permanente siempre ha subrayado el papel activo de la sociedad civil. En numerosas ocasiones, la sociedad civil vasca ha demostrado su capacidad para buscar soluciones innovadoras. Sirva el ejemplo de los pasos dados en los últimos años en la agenda de resolución. En esta ocasión la sociedad ha mostrado la resiliencia comunitaria frente a la resignación individual. La utopía frente a la distopía.

Para finalizar este apartado de contexto, queremos añadir una reflexión mas global. Aunque enfrentamos una crisis sanitaria global, ésta no ha tenido el mismo impacto en todas las personas y territorios. La Pandemia no entiende de fronteras, pero esta ha impactado sobre una(s) sociedad(es) y organización mundial ya desigual, que, sí entiende de criterios de raza, de género y de clase social, por mencionar algunas de las categorías que vulneralizan a amplios sectores de nuestra sociedad. Así como también ocurre con las personas privadas de libertad en cárceles o CiES, migrantes sin papeles o trabajadoras de hogar. Indicadores que debemos incorporar en nuestros análisis y debates en los próximos meses.

3.- CONSECUENCIAS EN EL NUEVO CONTEXTO

Sin embargo, también queremos destacar tres aspectos que nos preocupan.

El primero, hemos visto estos días imágenes de vulneración de derechos y actitudes autoritarias. Imágenes y actitudes que han encontrado comprensión en ciertos sectores de la opinión pública. Son realidades preocupantes que, de consolidarse, nos pueden llevar a situaciones de recortes de libertades que nuestra sociedad ya conoció en un pasado no tan lejano.

El segundo aspecto que queremos destacar es que, por parte de muchos líderes políticos, se ha abusado de la retórica bélica a la hora de referirse a la pandemia y sus consecuencias. Como se viene alertando desde muchos sectores, con las referencias a la guerra se abre el camino a que después de todo esto se refuerce la cultura social belicista que dé lugar a recortes de derechos civiles.

Y el tercero, el endurecimiento del debate político que, en este contexto, parecía inimaginable que se pudiera dar. Nuestra experiencia nos dice que el endurecimiento del siempre legítimo debate inter-partidario tiene consecuencias directas en las iniciativas relativas a la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias y, especialmente, en un enquistamiento de la denominada “batalla del relato”.

Las preocupaciones expresadas anteriormente, nos alejan de la convivencia democrática que toda sociedad se merece. El Foro Social Permanente sigue decidido a trabajar en la consolidación de esa convivencia, desde la llamada “agenda de resolución”; pero somos conscientes de que esa convivencia debe ser alimentada desde la diversidad de agendas de la sociedad civil para transitar a nuevos modelos de convivencia pacífica desde el respeto de todos los derechos humanos.

4.- LA AGENDA DE RESOLUCIÓN EN EL NUEVO CONTEXTO

En este sentido, estas ocho semanas de confinamiento nos han permitido darnos tiempo para reposar nuestros análisis, profundizar en nuestras reflexiones y diseñar nuevas aportaciones, adecuándolas al nuevo contexto. Las entidades y personas que componemos el Foro Social Permanente no hemos estado parados.

Cuando salgamos del confinamiento nada va a ser igual, la sociedad tendrá una nueva agenda de prioridades. Pero también es cierto que seguirán existiendo los mismos problemas que, para el logro de la convivencia, teníamos al entrar. Entre ellos, la llamada “agenda de resolución”.

Las crisis ofrecen grandes oportunidades para construir un futuro mejor que aprenda de los errores del pasado. La sociedad va a salir del confinamiento con una nueva agenda de prioridades humanitarias. En este sentido, estamos convencidos que el confinamiento ha generado mejores condiciones para darle un empujón, esperamos que definitivo, a la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias en los tres nudos que quedan por resolver:

El primero, terminar con la discriminación que todavía persiste en el trato a las diferentes víctimas en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación.

El segundo, la definitiva desactivación de la aún existente política de excepcionalidad penitenciaria y la aplicación de una política normalizada a las personas presas. Es urgente terminar con el alejamiento que, en este periodo de coronavirus, inflige un castigo añadido a los familiares y allegados y a las propias personas presas.

Y, en tercer lugar, impulsar desde los espacios sociales la construcción de una memoria crítica inclusiva, que respete todos los relatos.

6.- RECOMENDACIONES

1.- Es urgente desarmar la palabra. Debe darse también un proceso de desescalada en el debate político que permita que esos consensos adquieran todo su potencial y que todos los actores se liberen de esos temores que agarrotan la activación de esas mayorías en clave de solución.

2.- Es urgente profundizar en dinámicas de construcción de una convivencia democrática como fin y como instrumento necesario para la cohesión social en valores de igualdad, inclusión y respeto absoluto a los derechos humanos de todas las personas.

3.- Entendemos urgente que cuestiones como los derechos de las víctimas o la aplicación de una política normalizada a las personas presas, en una primera y urgente etapa el fin del alejamiento, salgan del conflicto inter-partidario para poder ser abordadas con efectividad.

4.- Esperemos que todos los actores con responsabilidad en esta cuestión (gobiernos, partidos y sindicatos) comprendan y aprovechen esta oportunidad.
 

7.- CONCLUSIONES

Todo hace pensar que la sociedad que salga de esta situación va a ser menos permisiva con las posiciones intransigentes, con las posiciones de trinchera, con los debates que bloquean los avances. También en la cuestión de la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias.

Existen las mayorías y consensos transversales suficientes para que esas cuestiones entren en una fase definitiva de resolución.

En este sentido y como hemos afirmado anteriormente, estamos convencidos que el confinamiento ha generado mejores condiciones para darle un empujón, esperamos que definitivo, a la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias.

Estamos plenamente convencidos y convencidas de que, precisamente por lo que hemos sufrido –por lo que estamos sufriendo- estamos generando un acumulado que nos permitirá construir una sociedad mejor.

Vaya por delante nuestro compromiso de seguir aportando diagnósticos, compartiendo experiencias y proponiendo recomendaciones que, en un contexto difícil, nos permitan encontrar soluciones innovadoras a estas cuestiones.