Hoy en Andoain, en Martin Ugalde parkea, se ha celebrado la Asamblea General Anual del Foro Social Permanente.
Como es habitual, la Asamblea es el momento de hacer balance del año anterior y de fijar las líneas de trabajo prioritarias para el año 2022, y solemos aprovechar también para analizar otras experiencias internacionales en la resolución de conflictos. En la Asamblea de hoy hemos profundizado en las experiencias sobre la Comisión de la Verdad.
El Foro Social Permanente ha celebrado esta mañana en Andoain su asamblea anual. En la misma, con participación presencial y telemática, se han dado cita la mayoría de las 16 entidades y personas que, a título individual, conforman este espacio que busca la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias y la construcción de una convivencia democrática.
Como viene siendo habitual, la asamblea es el momento de realizar un balance del año 2021 y fijar los ejes prioritarios para el 2022 y es, asimismo, aprovechada para estudiar otras experiencias en resolución de conflictos.
Si el año pasado fue analizado el instrumento de los «Diálogos improbables», hoy se ha profundizado en experiencias de «Comisión de la Verdad» en diversos lugares del mundo.
Como consecuencia de este debate, el Foro Social Permanente quiere compartir las siguientes reflexiones:
La Comisión de la Verdad, donde ha funcionado, se ha demostrado como un elemento sanador de las víctimas en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
En esa faceta lo es, principalmente, para aquellas víctimas que, sabiendo que no van a poder acceder a la justicia, buscan la verdad como un elemento sanador de su dolor. Es decir, en estos casos, la Comisión de la Verdad es un instrumento de reconocimiento del daño sufrido.
¿Es posible este instrumento para el caso vasco?
Somos conscientes de que, pese a que dos de los partidos políticos del Parlamento Vasco la han considerado un instrumento a utilizar, una Comisión de la Verdad para el caso vasco no concita en este momento los consensos necesarios, ni institucionales ni políticos.
Sin embargo, como sociedad, no podemos aceptar que se niegue a las víctimas su legítimo derecho a la verdad.
Entendemos urgente y necesario avanzar en el esclarecimiento de los episodios de vulneración de derechos humanos protagonizados por los distintos agentes perpetradores que han practicado la violencia, nunca esclarecidos, nunca investigados o sin consecuencias penales. Para todos ellos también habría que buscar alternativas a la prisión dentro de los parámetros internacionales establecidos.
Las asociaciones de víctimas de ETA están impulsando la vía judicial para algunos de los casos sin resolver.
Sin embargo, en el caso de las víctimas del Estado, debemos constatar que la vía judicial aparece ya como una vía muerta. No existe ninguna voluntad en los poderes judicial y policial en ese sentido y, lo que es todavía más grave, tampoco en el Estado y en el Gobierno Español para reconocer el daño causado.
Lo que sí hemos constatado es la enorme frustración generada. Estamos ante una de las expresiones mas brutales de discriminación hacia las víctimas del Estado.
Según datos oficiales, son 364 las víctimas del Estado con resultado de muerte, producidas por sus diferentes expresiones (GAL, BVE, Triple A, diversas policías, tortura, etc). De ellas, el 38% son casos sin resolver o sin esclarecer.
El Foro Social Permanente entiende que una Comisión de la Verdad sería un instrumento interesante para responder a las demandas de verdad de las víctimas del Estado.
Sin embargo, y tras reiterar ser conscientes de que no existen aún las condiciones para su puesta en marcha, entendemos necesario no resignarse en esta fase.
En ese sentido, recomendamos profundizar en otros mecanismos como misiones de observación, comisiones de investigación o informes oficiales, vías ya experimentadas desde instituciones diversas, y para ello consideramos necesario abrir el candado de la ley de secretos oficiales.
Estos pasos deberían permitir avanzar en el camino para que todas las víctimas tengan acceso a la verdad y puedan avanzar en la sanación de su dolor.
Mientras tanto seguiremos alimentado el debate, buscando construir los consensos necesarios para que, en un futuro, se pueda poner en marcha una Comisión de la Verdad con garantías.